Domingo 3 de
febrero del 2013
Con un sueño
considerable pillamos el vuelo que nos lleva a Mendoza inicio de nuestra travesía
por los Andes.
Nos recogen en la
terminal Fabián (organizador de la travesía) y su mujer. Ya Agustí tenía
pensado adaptarnos a la altitud por eso no salimos más que a rodar un poco las
piernas y la idea fue de ir a ver unos viñedos.
Totalmente
apropiado, ahora que lo pienso desde aquí en casa, la altitud siempre fue el
problema más acusado en la travesía.
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